«…Es mejor de lo que había sentido, mucho más grande, más fuerte, más vivo..»
-Esto no se llama amor, Andrés Cepeda-
(Lo mejor que hay en mi vida, 2012)
Definitivamente estos días estoy más cercana a Andrés Cepeda que en otras ocasiones, en particular el álbum <Lo mejor que hay en mi vida> al cual pertenece la canción que inspira este artículo.
Esta canción es bella, describe de una forma tan natural y contundente las sensaciones y emociones que experimentamos cuando llegamos a sentir tanto por alguien, que nos sorprendemos, nos abrumamos con tanto amor recorriendo cada parte de nosotros, pero dependerá únicamente de nosotros permitirnos sentir a plenitud, porque realmente no sabemos si podremos volver a sentir igual, si alguien más logrará tocar nuestro corazón de esa forma que no se puede explicar, sólo sentir.
Pero claro, también da miedo, nos sentimos quizás sobrecogidos por tanto y nos entra la duda, la cual es la peor consejera, al igual que los celos, y darles cabida nos hace perder esa oportunidad quizás única de amar y que nos amen con el corazón abierto, con cada parte de nosotros.
De modo que no hay razón para no continuar con aquella historia que está siendo inigualable, si te sorprende que lo esté siendo no te alarmes, ya la vida se encargará solita de complicarla y ponerla a prueba sin que tú te armes películas donde no hay motivos para haberlas. Confía en ese AMOR, confía en lo que sientes cuando estás con esa persona, que de interponerse algo de verdad no tardará en revelarse, pero enfrenta cada inquietud, sé honesto porque no importa cuántas conversaciones incómodas deban atravesar a fin de seguir construyendo una relación que los abraza con TANTO amor, que se siente “mucho más grande, más fuerte, más vivo”.
Ten presente que coincidir con alguien que a leguas se ve que son el uno para el otro, con tantas personas que hay en el mundo, tantos cambios que atravesamos a cada momento, encontrarse es casi un milagro, así que aprovecha y no le temas a enamorarte, deja que se enrede en tu alma y en tu cuerpo.
Con amor y pecas,
Sheyla.
