Algunos creen que está sobrevalorado cenar bajo la luz de las velas o que es anticuado tener citas románticas, y qué error, porque ese acto es uno de los más mágicos. Es la ceremonia de no solo arreglarse para uno, sino también para el otro. Sorprender y disfrutar de un espacio donde literalmente se detiene el tiempo, porque mientras compartimos una copa de vino somos partícipes de mucha magia, donde nos vemos envueltos en un aura de complicidad, intimidad y seducción a la luz de las velas y la música, creando el coctel más infalible para enamorarse, donde el corazón late con más fuerza, se experimentan mariposas en la panza, sonreímos y reconocemos nuestros sentimientos “quiero estar así con esta persona, ojalá para siempre”.
Y claro, este momento no necesariamente se logra reservando una cena en algún lugar romántico de la ciudad o convirtiendo nuestra sala o el comedor en un ambiente romántico, puede ocurrir de mil formas y no requiere de grandes despliegues de creatividad y aún así conservan la magia, sólo necesitas sentirlo.
Como cuando vamos caminando de la mano por la calle, mientras el sol ya se ha escondido y por alguna razón uno de los dos para y hace frenar al otro, se miran y sienten que una burbuja los encierra y les hace olvidar de todos a su alrededor, mientras se entregan en un beso apasionado que lo dice todo… aquel momento en el que llega sin previo aviso y lleva consigo 1 o 20 rosas y camina con decisión hacia ti, con una sonrisa que no se borra, reconocen en ese momento que sus sentimientos se corresponden, experimentando la sensación de estar agradecidos y felices de que aún en un mundo con tanta gente hayan logrado coincidir y comprometerse a construir la relación que desean.
Gracias amores por estar aquí, por permitirse sentir, por decirle sí a “quiero intentarlo” “no puedo estar lejos de ti” “me gustas y quiero que descubramos a dónde nos lleva este sentimiento” “no puedo dejar de invitarte a caminar juntos” “no quiero tener que convencerme para conocerte porque solo es que me mires y me sobran los motivos”… continuemos encendiendo nuestros corazones y encendamos el de otras personas.
Lo he repetido incontables veces, AMAR siempre valdrá el riesgo. Amar es sentir MAGIA. Déjate abrazar por ella.
Con amor y pecas,
Sheyla.