
Dicen que el deseo es fuego, pero se olvidan de que incluso el fuego necesita oxígeno.
Con el paso del tiempo, las parejas no pierden el deseo… lo adormecen entre la prisa, las pantallas y la costumbre de priorizar otras cosas.
“¿Para qué negarle ese polvo a su amorcito/a?” se preguntaba Paola Turbay en un post, y reflexionaba:
“Hay relaciones que, con el tiempo, se dejan enfriar.
Caen en la rutina y se van distanciando, tanto así que le buscan el quite al romance.
Eso termina siendo ¡gravísimo!
Hay quienes dicen ‘hoy no quiero’ automáticamente, sin pensar en las consecuencias
ni en la conexión de la cual se están perdiendo.
No le cojan pereza a algo tan bonito en una pareja.
Confíen que al final solo habrá ganancias.”
Este, según ella, es uno de los secretos para un matrimonio feliz.
💌 ¡A tomar nota y acción!
Amores, cuidar el deseo no es solo algo espontáneo: es una forma de hacerse espacio el uno al otro, incluso entre el caos diario.
Está en mirarse sin prisa, en tocarse sin motivo, en reírse antes del beso.
En no negarse un momento de conexión único; en reinventarse en la intimidad, probar diferentes atuendos, espacios o juegos; en despertar el erotismo, la complicidad, la comunicación sin pena y sentirse seguros.
Porque el deseo no solo vive en la piel, también en la forma en que se cuidan, se escuchan y se descubren, una y otra vez.
Y eso, quizás, es lo más erótico de todo.
Así que no descuidemos esa chispa que nos devuelve al presente… y nos recuerda que elegir al otro también puede sentirse así de vivo.✨
Con amor y pecas,
💕Sheyla.



