¿Puedes ver todo lo que SOY?

Tenemos la manía de definirnos, de rotularnos, como fulano es médico, fulana es arquitecta, pero uno no es solo eso, somos mucho más que eso y se nos olvida, olvidamos que no conocemos todo de una persona y no siempre tenemos la paciencia para dejarnos sorprender conociendo más de cerca a esa persona que está siendo tan especial para nosotros.

Y es tan importante reconocer todo lo que somos, aceptarnos y disfrutarnos, como también lo es coincidir con una persona con quién podamos construir una relación donde nos sintamos tan cómodos, tan vistos, tan reconocidos que podemos ser nosotros en todas nuestras facetas sin sentirnos juzgados, amenazados, señalados, discriminados, donde podamos ser queridos por todo lo que ser nosotros significa.

Recuerdo una escena de la serie “This is us” sobre un aniversario de Rebeca y Jack Person que me gustó muchísimo, donde Jack hace una declaración tan sentida que me llegó a la mente de una y tenía que compartirla “los meteoritos siempre están ahí dando vueltas y nosotros nunca los notamos, solo de vez en cuando podemos lograr ver uno, ahí es cuando puedes ver lo espectacular que realmente son. Rebeca, no necesito aniversarios para verte, te veo todos los días, eres mi lluvia diaria de meteoritos, gracias por casarte conmigo”. Quienes han visto la serie saben que no son una pareja perfecta, que pasan por altos y bajos, pero son una pareja comprometida y constante en trabajar en la relación que quieren y que por encima de todo, se aman y se reconocen.

Dejemos de querer encasillarnos y disfrutemos de todas nuestras facetas en compañía de nuestra persona favorita.

Y OJO si estás en una relación algunas de las preguntas que debes hacerte es: ¿estoy reconociendo todo lo que mi pareja es? ¿Estoy honrando la oportunidad única de conocer a mi pareja de cerca, lo que la mueve, lo que la enamora, sus luchas, sus sueños?

Deseo que tanto ustedes como yo coincidamos con esa persona que vea quiénes somos y esté dispuesta a aceptarnos y a amarnos sin reservas.

Con amor y pecas,

Sheyla.