Película: Corazón de León
(Marcos Carnevale, 2013)
Aquí puedes ver la película completa o irte a la escena a la que hago referencia, directamente al minuto 1:18:29.
Da cuenta de que el amor llega sin avisar, que enamorarnos es una de las cosas más bonitas que podemos experimentar en la vida y que en razón a ese amor podemos sentir demasiado, podemos equivocarnos, podemos lastimar sin intención a quienes más queremos y llegamos hasta a ser groseros e injustos por el calor del momento…
Uno ve este tipo de escenas y piensa que es ficción, que las películas románticas deben tener drama, que es una cosa de la gran pantalla, hasta que nos pasa una escena similar, porque mis amores, la mayoría de las películas son inspiradas en la vida real ¿y dónde si no? Podemos tener mucha imaginación pero las escenas y vivencias más conmovedoras, más profundas las vivimos justo aquí y ahora, especialmente en las relaciones de pareja, porque aunque en las demás relaciones afectivas encontramos mucha tela para cortar, en muchos puntos no se puede comparar con el que se experimenta en una relación amorosa.
Y es que en las relaciones de pareja nos tiramos de cabeza siguiendo a nuestro corazón, nos dejamos llevar por cómo nos sentimos, nos esforzamos más en el día a día, nos ingeniamos formas de estar más presentes en la vida del otro y con cada vivencia compartida, con cada beso, con cada abrazo, con cada mirada reafirmamos nuestro sentir, pero también somos más proclives a cuestionarnos y enfrentarnos a nuestros más grandes temores y de ahí el drama, el dolor y la incertidumbre que hace que hagamos locuras.
Es vital reconocer que no podemos alejar totalmente nuestras vivencias/heridas pasadas, es que lo vivido hace parte de nosotros, así que en muchas ocasiones esas vivencias se nos mezclan, nos hacen dudar y eso es lo que no podemos permitir, darle entrada a que otras experiencias marquen las siguientes de tal manera que no podamos ser libres y sentirnos merecedores de amar y ser amados con igual intensidad y no perdernos la oportunidad de ser felices al lado de otra persona.
Sin embargo, a veces hace falta una discusión, una ruptura, una pausa para poder analizar todo, ver con mayor claridad todo el panorama y decidir continuar o cerrar el capítulo.
Y aunque la vida sí es solo una ocasión como dice León, las relaciones de pareja pueden tener otras oportunidades, para ello hará falta que cada uno viva su proceso y sea valiente.
Con amor y pecas,
Sheyla.
