El otro día me conecté a un live “hablando sobre el matrimonio”. La pareja invitada ha estado casada por 26 años y compartió algunas de sus vivencias a lo largo de estos años de matrimonio y un tema en particular llamó mucho mi atención <las expectativas>, y es que sin importar la relación que comencemos es supremamente importante hablar sobre ciertos temas y este en particular.
Por eso, uno de los consejos que compartieron es que antes de comenzar una vida juntos es fundamental conversar sobre las expectativas de cada uno respecto al matrimonio o a la relación que comienzas, pero de una forma muy detallada, del tipo:
“cuando nos casemos espero no trabajar más y dedicarme al hogar” “quiero que viajemos solos una vez al año como mínimo” “no quiero tener hijos” “quiero tener 3 hijos” “espero que recuerdes las fechas especiales” “quiero tener una relación monógama”, entre muchos otros.
Porque aunque creemos estar en la misma página, pueden haber muchos puntos en los que esperemos diferentes cosas, porque no tendemos a hablar tan abiertamente o evitamos hacerlo porque quizás resulte incómodo… y no me refiero solo si vamos a contraer matrimonio, se aplica perfectamente al comenzar una relación de pareja sin importar de qué tipo sea, porque hasta en aquellas relaciones sólo físicas, hay que determinar cuántos encuentros tendrán a la semana/mes, en qué forma y demás…
De modo que se convierte en algo indispensable poder hablar de estos temas y conocer sobre qué terreno construiremos esa relación, porque siempre pasa que creemos tener mucho tiempo para conocernos, para establecer nuestros límites, para expresar lo que esperamos, para determinar los puntos infranqueables y es precisamente el tiempo quien nos da dos vueltas y hace que todo termine sin que sepamos qué pasó.
Así que esto se resume en COMUNICACIÓN. Uno de los pilares principales en cualquier relación, así que no la pasemos por alto, no callemos nuestras verdades, miedos, dudas, deseos y seamos claros y transparentes con esa persona que estamos eligiendo para comenzar un nuevo capítulo en nuestra vida.
(Si ya estás casado o en una relación y no lo hicieron o aún tienes cosas por expresar, nunca es tarde para hacerlo.)
Con amor y pecas,
Sheyla.
