
Un pequeño ejercicio de escritura creativa, espero que lo disfruten.
Ella conquistó mi corazón.
Supe que lo haría desde el momento en que la tuve entre mis brazos por tan solo unos segundos… Por eso me mantuve cerca, pero con muchos recelos y barreras, mientras lograba poner en orden mis sentimientos, lógica, ideas, analizar cada detalle antes de hacer un movimiento que expresara indudablemente a lo que me comprometía. No por algo he sobrevivido a los males amorosos por casi 38 años, porque con diosas como ella sé que cualquier hombre, incluido yo, estamos perdidos. (Autor desconocido)
Y ella supo leerme y aún más importante, me concedió tiempo. Manteniendo su distancia, pero siempre presente. Y aquella noche en la que me escribió «…te pienso.» terminó de romper el último vestigio de contención y cautela que habitaba en mí. Después de ello no pude continuar guardando para mí lo mucho que ella había llegado a significar en mi vida, el comienzo de creer.
Así que le escribí de vuelta “yo también” porque era cierto, este viaje sin ella no estaba teniendo mucho sentido, la veía a cada paso, dando vueltas como si fuera una bailarina innata, sonriéndome de esa forma que me enamora, y con esa manía suya de parafrasear escenas de libros o películas (cosa que a veces me vuelve loco, pero que me contagia por su emoción) y jalándome a hacer cosas nuevas en esta ciudad que tanto ha significado para mí. De modo que comencé a escribirle con una sonrisa tonta en mis labios que viniera conmigo la próxima vez y respondió “siempre sí”. Bien, el comienzo de una vida juntos, porque para mí ella también es y será un siempre Sí.
🧡 Con amor y pecas,
Sheyla.