
En la intimidad es uno de los momentos donde podemos percibir con mayor claridad la caballerosidad, porque abrir la puerta o correr la silla es fácil, pero dejar de lado tu propio placer para concentrarte en el de tu pareja o frenarlo un poco para que te alcance, no es tan fácil.
Tener la paciencia y el deseo de querer conocer qué le mueve, que beso le gusta más, que roce le hace enloquecer, no es sencillo y en definitiva no todos lo hacen.
No acelerar el momento, deleitarse en ese tiempo junto a esa persona que has elegido para compartirlo, hace la diferencia y no tiene tiempo límite, el disfrute de esa intimidad se multiplica cuando los dos están enfocados en el otro. ✨
Ya lo mencionaba en diferentes ocasiones y a través de diferentes referencias, el sexo debe ser un lugar seguro que compartes con la pareja de poco o mucho tiempo o en un encuentro casual, y no se trata de prometer cosas que no se sienten, si no de disfrutar con respeto, placer y generosidad ese tiempo que decidieron tener juntos.
El sacerdote retirado Alberto Linero, mencionó algo en una entrevista que me parece más que oportuno en este momento, “…la sexualidad la han promocionado desde unos patrones muy utilitaristas, yo tengo la sensación de que si tu no aprendes a ser generoso en la relación genital no vas a ser pleno y feliz. La sexualidad es ternura, es escuchar al otro, es sentir, es hacer feliz a la otra persona…”.
¿Y cómo no ser respetuosos y generosos en ese intercambio de sensaciones y energías, cuando en ocasiones resulta más fácil ese camino de disfrute y placer que el de conocerse a fondo y abrir el corazón?
Amores, seamos más conscientes de la forma en la que ejercemos nuestra sexualidad y seamos lugares seguros para nosotros y para aquellos con quienes compartimos ese tiempo de intimidad.
🧡 Con amor y pecas,
Sheyla.
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