
Sí, fantasma. Esa presencia invisible de un amor que ya no está, pero que sigue rondando en recuerdos, objetos, canciones, lugares.
Representa esa sensación de que el pasado no se ha ido del todo y simboliza la herida abierta o el duelo inacabado.
Para este nuevo comienzo del blog, me parece oportuno tocar este tema, porque de lo contrario, ¿cómo podríamos avanzar hacia la relación que queremos en nuestra vida?
Hay una gran posibilidad de que todos hayamos tenido una relación importante a nivel romántico, y que posiblemente se haya terminado, la pregunta que quiero que te hagas es: ¿Aún llevas contigo la sombra de un amor que no logras soltar?
Si la respuesta es afirmativa, debo decirte amor, que ya fue suficiente, que debes abrirle la puerta de tu corazón para que salga, no porque nunca haya tenido valor, sino porque su lugar ya no está en tu ahora, y mereces que nuevos caminos se llenen de vida.
“Y me dirás: ‘lo he intentado, pero no sé cómo dejarlo ir’… y es ahí donde nos enfrentamos a la verdadera pregunta: ¿cómo se despide uno de lo que ya no está, pero aún se siente tan vivo dentro?
Lo mejor que podemos hacer es tomar otras alternativas que nos acerquen a la meta, y para ello, te comparto algunas herramientas prácticas para entenderlo y lograrlo:
Objetivo 1 | Revisar el tipo de apego |
La explicación | Porque No es solo el amor lo que se extraña, sino la sensación de seguridad que esa relación brindaba. |
La práctica | Identificar el tipo de apego en el siguiente link: https://www.youtube.com/watch?v=H0TzGLyQ2is |
Objetivo 2 | Romper la idealización |
La explicación | Debido a que, con el tiempo, el cerebro tiende a recordar lo bueno y atenuar lo malo o lo incómodo, como si fuera una película editada, esa idealización alimenta al fantasma: no se recuerda a la persona real, sino a un personaje embellecido. |
La práctica | –Hacer una lista de dos columnas, en una: lo que realmente disfrutabas de esa relación y en la otra: lo que dolía, lo que no era sano, lo que no te hacía feliz. –Escribe una carta a esa persona, pero no con lo que extrañas, sino con lo que te dañó o no funcionó. Después léela en voz alta: la emoción cambia y el fantasma se debilita. -Toma un cuaderno y redacta la historia de ese amor en tercera persona, como si fuese un cuento. No como novela romántica, sino con los matices reales: dudas, discusiones, finales. 👉 Este ejercicio te permite tener distancia emocional y ayuda a verlo como un capítulo, no como un destino. |
Objetivo 3 | Aceptar el dolor |
La explicación | Cuando el duelo no progresa, se queda atascado y sucede porque la persona evita sentir el dolor o porque no logra aceptar la pérdida. La clave no es evitarlo, sino atravesarlo para que pierda fuerza. |
La práctica | -Escuchar una canción que duele en vez de huir de ella, dejar que las lágrimas salgan, y poco a poco notar que ya no pesa tanto como antes. -Visitar un lugar donde solían ir juntos, permitirse sentir la punzada de nostalgia, y luego descubrir que también se puede habitar ese espacio de otra manera. -Dejar que aparezca la tristeza en un momento de silencio, en lugar de llenar cada vacío con distracciones (redes, trabajo, ruido). |
Objetivo 4 | Reconstruir identidad |
La explicación | Cuando una relación termina, suele quedar un vacío porque muchas cosas giraban alrededor de ese “nosotros”: los planes, las rutinas, etc. Cultivar nuevas facetas personales significa darle espacio a partes de ti que quizá estaban dormidas o relegadas mientras estabas en la relación. Es redescubrirse fuera del vínculo. |
La práctica | Explorar un hobby que siempre quisiste probar y nunca te atreviste. Retomar amistades que habías dejado en pausa. Formarte en algo nuevo (un curso, un deporte, un proyecto creativo). Volver a preguntarte qué disfrutas cuando estás solo, sin necesidad de compartirlo con alguien más. Continuar haciendo aquellas actividades que siempre te han gustado. |
Es un proceso lento, de prueba y error, así que practícalas y quédate con las que más te funcionen.
Recuerda, te embarcas en este camino para dejar ir ese amor, como un acto de cuidado propio que abre espacio para lo que aún está por llegar. Siempre hay luz al final del camino, no te desanimes y guarda ese amor que fue importante en aquel rincón donde guardas las cosas que fueron tus sueños.
🧡Con amor y pecas,
Sheyla.